Suspensión del Plan Lasquetty por el TSJM: ¿Y ahora qué?

Nunca hemos estado tan cerca de conseguirlo como en este momento. La privatización de la gestión sanitaria de la Comunidad de Madrid, un error de concepto mayúsculo, ejecutado a espaldas y en contra del criterio de los profesionales y de la voluntad de la mayoría (silenciosa y no silenciosa) de los madrileños ha sido paralizada por la Justicia y así previsiblemente seguirá durante bastantes meses, hasta que los jueces se pronuncien sobre todos los aspectos que la Marea Blanca ha denunciado.

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Todos debemos felicitarnos todos por esta victoria, ya que aunque todavía parcial, no por ello deja de ser importante. Han sido muchos los que han trabajado por defender un sistema sanitario público, universal, de calidad y sostenible, exigiendo la  profesionalización de la gestión, con una participación mucho más activa de facultativos y del resto de profesionales sanitarios. Esta victoria legal que hoy gozosamente celebramos es por tanto el resultado de la visión y de la determinación de muchas personas.

• No estaríamos aquí sin la visión de las personas que, llegado un momento, se dieron cuenta que la reivindicación en la calle no sería suficiente para detener el Plan Lasquetty.
• No estaríamos aquí sin la visión ni la determinación de los que detectaron, demostraron e hicieron inteligible, ese gran agujero en la red del Plan Lasquetty que era la facturación intercentros y que convertía el susodicho plan en una estafa al ciudadano.
• No estaríamos aquí sin la visión ni la determinación de los que creyeron que era esencial transmitir dicha estafa a la Sociedad Civil a través de los medios de comunicación y las redes sociales
• No estaríamos aquí sin la visión de los que detectaron que era crítico cambiar de rumbo e iniciar la vía legal con una aproximación en varios frentes: el penal, el contencioso-administrativo y el constitucional.
• No estaríamos aquí sin la visión de las personas que supieron que era crítico implicar en la vía legal a los profesionales sanitarios y ciudadanos a través del Día de no Huelga.
• No estaríamos aquí sin la visión y determinación de todos aquellos que han trabajado duro, muy duro en la estrategia legal puesta en marcha.

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Aunque AFEM no es el único responsable, es indiscutible que ha tenido un papel fundamental en el éxito de la Defensa de la Sanidad Pública madrileña. Sus líderes han sabido aunar las sensibilidades de muchos facultativos convertiéndose en uno de los principales motores de este movimiento. Su trabajo ha sido y es encomiable, tanto que los resultados obtenidos les convierten en referente para otros sectores de la Sociedad Civil por haber demostrado con su ¡Sí se Puede! que la vía ciudadana es un mecanismo de control eficaz contra los abusos del sistema.

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Los jueces han puesto a la Marea Blanca y, especialmente a AFEM, en una situación de especial responsabilidad. Una vez paralizada la estafa de reforma sanitaria planteada por la Comunidad de Madrid, AFEM está en una posición que le legitima (y le obliga) a liderar una verdadera reforma con criterios profesionales. Ahora, con la ayuda de todos, debe demostrar la madurez que todos necesitamos y esperamos de esta asociación. Es el momento de sentar en una mesa a todos aquellos agentes que pueden aportar en el diseño de una verdadera reforma sanitaria para que cristalice una propuesta concreta en la que, sin duda, la Comunidad de Madrid deberá participar. Aunque para eso se deba exigir la salida del actual Consejero de Sanidad, D. Javier Fernández-Lasquetty, por su manifiesta incapacidad para gestionar un conflicto al criminalizar a los profesionales sanitarios y al manipular la realidad para tratar de adaptarla a sus ideas preconcebidas sobre un sector que nunca conoció en profundidad.

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Desgraciadamente, la Justicia todavía no se ha pronunciado de forma definitiva. Por eso es esencial asegurar la vía legal, sin la que el partido en el Gobierno no se vería en la necesidad de aceptar ninguna propuesta de reforma. Todos los frentes legales abiertos son esenciales, pues nadie tiene certezas sobre cuál va a ser  la evolución de este complejo proceso. A pesar de que los jueces parecen haber entendido dónde están y cuál es la trascendencia de las irregularidades del Plan Lasquetty,  no podemos poner todos los huevos en la cesta de un único tribunal, el TSJM. La vía penal es igual de relevante y no sólo por la ejemplaridad de ver pasear a dos ex-Consejeros de Sanidad y a altos cargos en activo de la actual Consejería sino por la información que debe recibir el juez que dirige esta querella y que prueba el expolio sanitario.

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Recientemente se ha sabido que ha habido cambios en la estrategia legal de AFEM que son difíciles de entender sin más explicaciones. Resulta difícil de entender que se prescinda del equipo legal que ha elaborado las denuncias y reclamaciones que tan esenciales han sido en la suspensión del Plan Lasquetty. Resulta difícil de entender, sobre todo, porque todavía queda pendiente la mayor parte del proceso, y es lógico pensar que aquellos que han participado en el diseño y elaboración de los recursos que han detenido el Plan Lasquetty, sean los más capacitados para defender los argumentos elevados ante jueces y fiscales. Así como no nos quedan dudas de que han debido existir razones para justificar este cambio de estrategia, también tenemos claro que es esencial que esta razones sean presentadas de forma detallada a los afiliados. Al igual que es muy importante que se resuelvan definitivamente todas las dudas que los afiliados puedan plantear a la Junta Directiva a este respecto.

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Por todo lo anterior, la asamblea AFEM del próximo miércoles será esencial en la lucha para alcanzar un sistema sanitario de calidad, universal, accesible y equitativo, pues la suspensión del Plan Lasquetty marca un punto de inflexión en nuestra reivindicación. Por este motivo es crítico reclutar toda la visión y determinación, que sean posibles. Estamos convencidos de que todos estaremos a la altura necesaria en un momento tan importante para consolidar un movimiento tan necesario como este. ¡Sí, se Puede!