Ayer, martes de 5 de marzo, fue un día muy activo en noticias sanitarias sobre el proceso de privatización de la Sanidad madrileña.
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La cadena de noticias comenzó con las declaraciones del señor Consejero en relación con el anuncio de:
- la presentación del Borrador del Plan de Ordenación Profesional: Sanidad presenta el plan que permitirá ‘vaciar’ los hospitales para privatizar su gestión (20 minutos)
- que en «pocas semanas» se harán públicos los pliegos para la concesión de la gestión sanitaria de los 6 hospitales: Lasquetty dice que «en pocas semanas» dará a conocer el pliego de condiciones de la externalización de 6 hospitales (Europa Press)
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Respecto al Plan de Ordenación Profesional las declaraciones del Consejero han aclarado que:
- Este plan es claramente una herramienta esencial para la privatización: Fernández Lasquetty desvincula el Plan de Ordenación de Recursos Humanos de la externalización /privatización (actasanitaria)
- El señor Fernández-Lasquetty se conoce el artículo 36 del Estatuto Marco del personal estatutario de los Servicios de Salud, que se trató recientemente en una entrada reciente de LVDH. Explícitamente el señor Consejero declaró que independientemente del apoyo formal de SATSE había habido negociación con los sindicatos. El sindicato Satse da el visto bueno al Plan de Recursos Humanos de Sanidad (El Mundo). Este aspecto ha sido corroborado por SATSE en su nota de prensa: «SATSE, junto con el resto de organizaciones sindicales presentes en Mesa Sectorial, ha negociado conjuntamente el Plan de Ordenación de RR.HH»
- Formaliza la jubilación forzosa de los médicos a los 65 años: Madrid jubilará a sus médicos a los 65 años para ahorrar 60 millones (El País)
- Presta especial atención a las acciones y declaraciones de AFEM y que esta asociación profesional no le gusta y la intenta deslegitimar: Lasquetty acusa a Afem de «querer atemorizar» con sus «falsas» denuncias de desmantelamiento de hospitales (Europa Press)
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Durante la tarde de ayer y tras esta noticia, las redes sociales ardieron, fundamentalmente reprobando la conducta de SATSE, que ha sido considerada una gran traición. De ahí el hashtag #SATSEvende y muchos otros juegos de palabras ( p. ej. ¡Qué deSATSE! y Nos ESTAfSATSE de @liberalcabreado), entre otros, que ponen de manifiesto el gran descontento generado por esta noticia.
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Esta fue la reacción de los sindicatos:
[…] de cambio de apellido (no desvelaremos al enemigo por dónde iban los tiros). Sin embargo, los acontecimientos de ayer nos han desperezado. […]
Si la firma se ha producido, lo primero que tenemos que saber que tanto por ciento representan en la Mesa Sectorial (no creo que se trate del 50 más1 ) y por tanto los Sindicatos deberían de impugnar dicha firma y denunciarla ante los tribunales y en último extremo pedir que el acuerdo fuera de eficacia limitada (que afecte a quien representan o dicen representar) no al resto.
Es decir quien quiera suscribir el acuerdo que lo haga y les sea de aplicación a ellos.
Mientras tanto podriamos plantear al resto de las organizaciones sindicales la realización de un Referendum entre los Trabajadores Sanitarios para expresar nuestra opinión.
Totalmente de acuerdo con tierra , plantear un referéndum al resto de las organizaciones sindicales y que se definan No más traiciones de sindicatos
Las declaraciones de Lasquetty q se citan en el artículo, resumen la esencia del fascismo. Según dice el Sr. Lasquetty: «…es preferible aportar y modular que encerrarse en posturas de negativa total, que en alguna medida también son posturas de negativa a aceptar la realidad…»
«NEGATIVA A ACEPTAR LA REALIDAD», osea, YO, q mando, TE IMPONGO cómo ha de ser «LA REALIDAD», q para colmo es absolutamente diferente a lo que es ahora (q para colmo iba bien) y a partir de «tus cambios» y «tu realidad», nos va a ir como el culo a todos los demás, para que a ti y a tus amigos os vaya q te cagas de bien (midiendo el bienestar en €).
Hermosa visión de lo real, que raya en la paradoja de que «los conservadores» en vez de «conservar» destruyen.
Sr. Lasquetty, si viene alguien a intentar ultrajarme y le arreo una patada en los huevos, no estoy «negando la realidad», la estoy percibiendo con tal clarividencia que me veo impelida a defenderme.