En LVDH estrenamos la sección «Reforma Sanidad» con esta reflexión de Angel Montero Luis (@Monty_A), oncólogo radioterapeuta del Hospital Ramón y Cajal con quien recientemente debatimos en la Twitesfera donde, sin estar de acuerdo con el Plan Lasquetty, se mostró crítico con algunos de los planteamientos de los que estamos en contra del mal llamado «Plan de Sostenibilidad». Sin que asumamos todos sus planteamientos, sí nos hizo reflexionar sobre algunos de ellos y por ello creímos que podrían resultar interesantes al resto de lectores de LVDH (debatir es sano). Ahí van tus reflexiones. Gracias, Ángel
Una vez publicadas las condiciones de la Consejería de Sanidad de la CAM para la privatización de la gestión de 6 Hospitales y varios Centros de Salud, no han tardado en recrudecerse las protestas y manifestaciones en contra. Dejando de lado la catadura de las empresas que optan a hacerse con el control de esta privatización, algunas pertenecientes a entidades bancarias nacionalizadas por, precisamente, la pésima gestión de sus dirigentes (gestión pública en estos casos, conviene no olvidarlo), y otras procedentes de allende los mares, y grandes desconocidas hasta este momento, varios aspectos merecen una reflexión.
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Mantengo la opinión, compartida con otros muchos médicos, de que los profesionales nos estamos equivocando a la hora de hacer frente a esta situación. Es cierto que debemos protestar y mostrar nuestro malestar contra la adopción de una serie de medidas por parte de la Consejería que no son, ni remotamente, lo que necesita nuestra Sanidad Pública. Ahora bien, todos somos conscientes de que el sistema, tal y como lo conocemos hoy en día, necesita de una revisión en profundidad y de un replanteamiento amplio pero sensato si queremos que continúe siendo el referente que un día fue. La necesidad de acabar con las bolsas de ineficiencia existentes en nuestros centros, y la exigencia de optimizar los recursos, muchas veces limitados, de los que disponemos, hace imprescindible abordar una reforma global de todo el sistema. Y preferiblemente, pronto. Y es aquí donde los médicos estamos fallando. Protestamos y nos oponemos pero no somos capaces de articular alternativas realistas para la reforma en profundidad del sistema. No somos capaces de reconocer las deficiencias existentes, algunas muy importantes, y de los vicios que debiéramos extirpar. No hemos planteado propuestas serias de reforma, más allá de las peculiares ideas del llamado “colectivo de los 600 Jefes de Servicio”, afortunadamente ya desaparecido. Necesitamos abordar de frente los problemas que tenemos y, con independencia de la incapacidad de la Consejería, reconocer lo mucho de bueno de nuestra Sanidad, pero también el tejido gangrenado que hay que extirpar antes de que acabe con todo.
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Y en esta coyuntura, no está de más recordar, o revelar al que no lo conociera, lo que fue el primer gran intento de reforma para mejorar y garantizar la supervivencia de nuestro sistema público de salud. El Informe Abril, así llamado por estar presidida la comisión encargada de su redacción por Fernando Abril Martorell, continúa siendo, a día de hoy, un documento fundamental para entender las complejidades de nuestro sistema y las posibilidades para reformarlo. Contrariamente a lo que ahora se estila, el Informe contó con la participación de numerosos profesionales, muchos de ellos de enorme prestigio, y con todo tipo de ideología, sin exclusión de ninguno por el ello de la misma. Algo, desgraciadamente, impensable hoy. El Informe Abril, pese a estar redactado en 1991, conserva aún plena su vigencia e interés, y podría convertirse en un excelente punto de partida para abordar, de una vez por todas, una reforma seria y en profundidad de la Sanidad Pública. Aunque creo que su lectura completa es muy recomendable, casi una obligación para los que luchamos por una reforma del sistema, una serie de aspectos me parecen de especial interés:
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El Informe comienza haciendo un reconocimiento expreso de la contribución del Sistema Nacional de salud (S.N.S.), en su situación actual y en su formación histórica, a la mejora del estado de salud de la población y a la corrección de las desigualdades sociales. Pero inmediatamente pasa a detallar las carencias que se observan. No sorprende que sean las mismas de las que hoy adolece el sistema:
- “La Atención Primaria, que tiene la responsabilidad funcional de ser la “puerta de entrada” y orientación principal del sistema de cuidados,[…], produce en muchas ocasiones un excesivo consumo de medios diagnósticos y terapéuticos”
- “el porcentaje del gasto sanitario público que absorbe la Asistencia Especializada aumenta notablemente en los últimos años”
- “el Sistema público carece de una visión global y empresarial de servicio, coarta, más allá de lo necesario, la libertad de elección de los usuarios y adolece de relaciones despersonalizadas…”
- “el marco laboral estatutario no responde a las necesidades actuales,[…], algunos profesionales se encuentran lógicamente desmotivados…”
- “ausencia general de estructuras y mecanismos de información, evaluación y análisis en el sector sanitario público y privado”
- “en los equipos directivos, la responsabilidad de la gestión queda diluida o anulada por el excesivo centralismo y rigidez del sistema”
- “el Sistema Nacional de Salud está orientado básicamente al cumplimiento de los procedimientos formales de la función pública, antes que al logro de altos resultados mediante el empleo óptimo de recursos humanos y materiales de gran cualificación”
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En su intención de reformar el Sistema Nacional de Salud, el Informe Abril también propone una serie de soluciones que afectan a todos los ámbitos del sistema, teniendo siempre presente, tal y como claramente especifica, que “las mejoras que se proponen, y las que puedan producirse en el futuro, nunca deben afectar al núcleo básico de equidad y solidaridad que constituye la médula del Sistema”
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Entre otras, el Informe proponía:
- Cambios en el régimen jurídico: “…la conciencia de la obligación personal y el deber de rendir cuentas de los resultados constituyen incentivos inexcusables para cumplir los fines de cualquier servicio o empresa”
- Reforma de los Recursos Humanos: “Debería estimularse el desarrollo de la carrera profesional en las diferentes modalidades de personal sanitario, separando las responsabilidades jerárquicas de la promoción profesional personal. Deberían establecerse mecanismos de motivación e incentivación del personal, a través de diferentes modalidades, para lograr su participación y revalorización en la gestión y funcionamiento de cada una de las unidades asistenciales”
- Cambios en la facturación: “El sistema debe avivar la conciencia de gasto, tanto del usuario (facturación individualizada del servicio) como de los profesionales implicados en la gestión, puesto que necesita equilibrar los costes incurridos en la prestación con los precios socialmente admisibles a los que tendrían que ser facturados,[…], la “salud no tiene precio”, pero realmente tiene un coste…”
- Colaboración público-privada: “El sector privado que vinculase su actividad a las reglas del juego tendría oportunidad de competir, en términos de seguridad jurídica, con los proveedores de titularidad pública. Esta nueva situación de competencia leal serviría también de aliciente para promover una mayor eficiencia…”
- Vinculación del personal: “Actualmente, el acceso a los puestos de trabajo se produce mediante el sistema de concurso-oposición o a través de traslados a plazas «en propiedad»,[…]. La estabilidad en el puesto de trabajo, aspiración compartida por la mayoría de la población, se convierte en contrapartida a la ausencia de otro tipo de incentivos, económicos o de desarrollo profesional, y ello fomenta un igualitarismo empobrecedor…”
- Calidad: “Otro de los objetivos prioritarios de gestión es obtener la máxima calidad posible en el servicio. Ahora bien, esta Calidad no debe confundirse con los eventuales excesos producidos por una «medicina defensiva», ni con las demasías de una medicina complaciente o con elevados ratios de personal; en última instancia, la calidad no va inexcusablemente asociada a un mayor coste”
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En resumen, estos aspectos del Informe Abril planteaban, en el ya lejano 1991, lo que tantos médicos exigimos hoy, en 2013: PROFESIONALIZACIÓN, MERITOCRACIA, LABORALIZACIÓN.
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La pregunta, ahora, es: ¿tendremos la valentía suficiente de reconocer lo bueno de estas propuestas e intentar aprovecharlo para cambiar?, ¿o persistiremos en nuestro error de obcecarnos en la oposición frontal sin buscar alternativas reales y, sobre todo, necesarias?
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“Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo…. del miedo al cambio”
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Octavio Paz(1914-1998)
Muchas gracias a la voz del HULP por su, como siempre, excelente acercamiento a las situaciones
Y gracias también a Angel Montero por su analisis y por recordarnos que el informe Abril existe
Y ahora me pregunto: quién elaboró el informe pensó en algun momento en ponerlo en práctica??
No es responsabilidad de los médicos, sino de la Administración, que ha gestionado la Sanidad (tan mal) durante tantos años, que las cosas esten como están; ellos son los que contratan personal, convocan (o no) oposiciones (yo personalmente estuve interina 15 años por que no se convocaron en todo ese tiempo las plazas que deberían convocarse anualmente por Ley), organizan a su antojo la facturación…etc, etc; jamas nos han dejado participar en la gestión, o solo muy de soslayo
Estoy de acuerdo en que desde 1991 que se redacto el informe Abril, ha habido tiempo mas que de sobra para haberlo puesto en marcha, y eso era COMPETENCIA DE LA ADMINISTRACION; habrá que preguntarles porque no lo han ejecutado como hubiera sido oportuno, dado que decia cosas tan sensatas
Si en informe Abril conserva su plena vigencia es precisamente porque no se ha ejecutado; todo aquello que se decia que habia que hacer, no se ha hecho
De nuevo volvemos al mantra de que la culpa de todos los males la tenemos los estatutarios
Entre tanto, asistimos a unas condiciones de precariedad laboral, subcontratación de personal por dias o por horas, contratos de 50% de jornada, sin guardias, en turno de tarde, para operar los pacientes mas complejos con el personal mas inexperto (en mi servicio el 30% de la plantilla es eventual) y al intento de la Administración, responsable de la actual situación de las cosas, de culpabilizar a los médicos de aquello de lo que solo ellos son responsables con su desidia y mala gestión, y de utilizar la situacion a la que hemos llegado a causa de esa desidia y mal hacer, como excusa para privatizar un servicio público excelente y de reconocimiento mundial solo para engordar algunos bolsillos
Y me vuelvo a preguntar: no sera que el informe Abril no se puso en práctica precisamente para generar una situacion de semicaos que poder utilizar como excusa para esgrimir la privatizacion como unica salida??
Ya esta bien, hombre, estoy harta
Llevo 25 años deslomandome por este sistema sanitario, y pienso seguir
Me niego a que me sigan acusando de ser la causante de sus problemas, precisamente esta pandilla de ineficientes y sinvergúenzas; han tenido 22 años para haber hecho las cosas bien, pues adelante
Estoy de acuerdo con Yolanda, la solución no es desmantelar el sistema ahora y entregárselo a unos especuladores, todos (profesionales y usuarios) hubiéramos deseado que el informe Abril se aplicara progresivamente. Pero también estoy cansada de que se culpabilice a un colectivo abnegado como el nuestro. No me siento responsable de esta desidia, ni voy e exculpar a los que sí lo son.
Estoy también de acuerdo con Yolanda en el sentido de que habiendo muchas cosas totalmente vigentes en el informe Abril,pareciera que hemos de ser los profesionales los que hemos de ejercer las funciones de gestión de la sanidad tal como las acometidas en el ya nombrado informe.Podemos no dejar de lado su conocimiento,desde luego y de hecho creo que hay un porcentaje más que elevado de profesionales que en su quehacer diario aplican normas en relacion a la calidad de la atención prestada,la utilizacion racional de recursos,su propia formación…..etc………..y hay que reconocer que con UNA ADMINISTRACION que pasa olimpicamente de sus profesionales y/o de las condiciones en las que están trabajando,es sumamente difícil. No se deberían convocar oposiciones cada ¿cinco?,¿tres?,¿diez?, años……que no permite siquiera un mínimo de rigor en lapreparcion de las mismas y mientras tanto estar trabajando permanentemente con unas condiciones precarias hasta límites insospechados, con contratos de días…..o semanas…….sin ningún tipo de continuidad …….no puedes implicarte en tu trabajo ni con tus pacientes trabajando de esta manera.Esto por poner un ejemplo…….los profesionales no tenemos capacidad para convocar o no oposiciones, para controlar el tipo de contratos,para saber el gasto que se puede generar o no o para aplicar medidas REALMENTE EFECTIVAS, que pudieran atajarlo,si no organizas un sistema con un mínimo de orden y continuidad (que entiendo es labor de los gestores y trabajadores de la administración), nunca podrás colaborar en racionalizar NADA. Si trabajas tres días en un sitio,dos meses a veinte kilómetros, dos dias otra vez a dos kmts,…..tres días en un servicio y cuatro en otro hospital diferente porque así se te ofertan los contratos y si quieres lo tomas y si no lo dejas…….no puedes,que no es que no quieras, NO PUEDES,responsabilizarte,de nada…….
Durante años y no mejora, ha existido una organización desastrosa, un sistema de contratación vergonzoso y una financiacion escasa en la sanidad pública española. Por incompetencia, dejadez o intencionadamente esta ha sido la situación, que no beneficia a nadie salvo a aquellos que pretenden enriquecerse negociando con los servicios sanitarios. De todas formas, gracias al esfuerzo de una mayoría de los profesionales se da un buen servicio, que podría ser excelente si se mejorasen la organización, la contratación y la financiación y se le librase del «negocio».
Además de lo comentado por los colegas precedentes, con relación a los no-cambios derivados de la no-aplicación del Informe Abril´91, quiero insistir en nuestra responsabilidad que, como profesionales de la salud, tenemos de FORMACION, RECICLADO, ADAPTACION, … en aras de un obetivo de mejora real de nuestro nivel profesional… éso sí es de nuestra competencia y responsabilidad! debemos exigir que se nos faciliten los medios y recursos para lograrlo!!
[…] El Informe Abril Revisitado: Profesionalización, Meritocracia y Laboralización. […]